miércoles, 22 de mayo de 2019

Idea #14 (Fotografía)



La silla

… Y acabó en la basura, sin más miramientos, como si fuera algo tan insignificante como la basura ordinaria, como la piel de un plátano más.
En esa silla había esperado el nacimiento de su primogénito. Su mujer en una habitación pariendo con ayuda de la comadrona y él fuera, sólo, mordiéndose los codos de impaciencia. 
No todos reparaban en aquella silla pero Pedro le tenía mucho apego. Las personas tenemos esa  forma inexplicable de relacionarnos con los objetos. 
Esa silla le había acompañado en aquel momento tan duro en el que le dijeron: “es un niño“, y, seguidamente, “pero algo no ha ido bien, estuvo mucho tiempo sin respirar“...y fue como si de un mazazo le hubiesen incrustado en la madera con la que estaba hecha, el impacto emocional que recibió literalmente causó que una de las tablas centrales cediera y se partiera en dos. Con el tiempo, se reemplazó esa pieza pero el color de la nueva tablilla no era el mismo y al mirarla cada día, Pedro sabía que ambos compartían un secreto. Aquel día la resistencia de la madera, aunque rota, le sirvió de apoyo (... qué bien le hubiese venido un abrazo) y la silla con su rigidez no le permitió que siguiese hundiéndose hasta bajar varios metros dentro de la tierra (que fue donde se sintió estar). La silla, en su idioma le quiso decir: “no vas a caer, yo seré tu sostén”, él oyó eso, o eso era lo que necesitaba escuchar y fue suficiente para aguantar con entereza los años, duros, que siguieron. 
Pasó el tiempo, muchos años y una mañana en esa misma silla estaba sentado esperando a su mujer que volviese de la compra cuando recibió la noticia de que había fallecido repentinamente en una esquina, sin más, desplomándose. Su corazón... volvió a oír el “crack” debajo suyo, su silla, su querida silla, le entendía. Ya no volvió a pronunciar palabra y a los pocos días falleció.
Los tiempos cambiaron y un día se renovó el mobiliario... y la silla, con su roto, que nadie volvió a arreglar porque era como invisible a los ojos de todos, acabó donde acaba lo que no quiere volverse a ver, para ser olvidado.

Cinderella